martes, 19 de julio de 2011

Información sobre Budismo


PELICULA

LECTURAS
  • "Alegría", Evangelio del Buda, capítulo 1
¡Regocijáos de la buena nueva! El Buda, Nuestro Señor, ha descubierto la raíz de todo mal. Nos ha enseñado el camino de la salvación.
El Buda disipa las ilusiones de nuestro espíritu y nos libera de los terrores de la muerte.
El Buda, Nuestro Señor, aporta el descanso al fatigado y al abatido por la desgracia; proporciona paz a los abrumados bajo el peso de la vida. Da valor a los débiles que están cercanos a perder la confianza en sí mismos y la esperanza.
¡Los que sufrís las tribulaciones de la vida, los que tenéis que luchar y padecer, los que aspiráis a una vida de verdad, regocijáos de la buena nueva!
He aquí el bálsamo para los heridos y el pan para los hambrientos. He aquí el agua para los que tienen sed y la esperanza para los desesperados. He aquí la luz para los que se hallan en las tinieblas y he aquí una inacabable ventura para los justos.
Sanaréis vuestras heridas, los que estéis heridos; comeréis vuestro pan los que estéis hambrientos. Descansaréis vosotros, los fatigados; apagaréis vuestra sed, vosotros los sedientos. Levantaréis los ojos a la luz los que os encontráis en las tinieblas; y recobraréis vuestro ánimo, vosotros los que os habéis abandonado.
Confiad en la verdad, vosotros los que la amáis, porque el reino de la verdad se ha establecido sobre la Tierra. Las tinieblas del error se han disipado por la luz de la verdad. Podemos ver nuestro camino y andar con paso firme y seguro.
El Buda, Nuestro Señor, ha revelado la verdad.
La verdad cura nuestras enfermedades y nos salva de la perdición; la verdad nos fortifica en la vida y en la muerte; sólo la verdad puede destruir males del error.
¡Regocijáos en la buena nueva!
  • "Petición de Brahmá", Evangelio del Buda, capítulo 14
Cuando llegó al estado de Buda, el Bienaventurado pronunció estas solemnes palabras:
"La liberación del mal es la plenitud de la felicidad. La felicidad es la ausencia de concupiscencia y la destrucción de cualquier órgano que descanse sobre la idea de 'Yo soy'.
"He descubierto la más profunda verdad, sublime y engendradora de paz; pero difícil de comprender, ya que la mayor parte de los hombres se agitan en un círculo de intereses mundanos y se complacen en los deseos del mundo.
"Quien viva en el mundo, no comprenderá la doctrina, porque para él la dicha radica solamente en la personalidad, y no puede concebir la felicidad, que no consiste más que en una sumisión completa a la verdad.
"Este llamará resignación lo que para el iluminado es el más puro de los goces. Verá la aniquilación donde el perfecto encuentra la inmortalidad, y tendrá como la muerte lo que el vencedor del 'yo' sabe que es la vida eterna.
La verdad queda oculta para el que yace en la servidumbre del odio y del deseo. El Nirvana permanece incomprensible y misterioso para el espíritu vulgar, que se encuentra rodeado de intereses mundanos, como entre las nubes.
"Si predico la doctrina y la Humanidad no entiende, sólo obtendré fatiga y disgusto."
Brahm Sahampati descendió entonces de los cielos y, después de adorar al Bienaventurado, dijo:
"¡Ay, el mundo va a perecer si el Santo, el Tathagata, no se decide a predicar el Dharma!
"Ten misericordia de los que luchan, compadécete de los que sufren, ten piedad de los que se hallan presos en las redes del dolor sin esperanza alguna.
"Hay seres que se encuentran casi limpios de la mancha del apego al mundo, y ésos se perderían si no oyeran predicar la doctrina; pero creerán y se salvarán si la oyen."
Lleno de compasión, el Bienaventurado miró con el ojo de un Buda a todos los seres vivos y distinguió entre ellos a algunos seres que apenas si estaban cubiertos con el polvo de lo mundano, bien dispuestos y listos para instruirse. También vio a algunos que eran conscientes del peligro de la concupiscencia y del pecado.
Y el Bienaventurado dijo: "Que la puerta de la inmortalidad se alce de par en par a todos los que tengan oídos para oír, que estén listos para recibir el Dharma con fe".
Brahma Sahampati comprendió entonces que el Bienaventurado había acogido su ruego y que predicaría la Ley.
  • "El Sermón de Benarés", Evangelio del Buda, capítulo 16 (selección)

3. LAS CUATRO NOBLES VERDADES

DUKKA - La existencia del Dolor

TANHA - La causa del Dolor

NIBBANA - La cesación del Dolor

MAGGA - La manera de superar el Dolor